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Mostrando entradas de noviembre, 2009

Mantra

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Tengo el poder giratorio de elegir las estrellas para mi paseo ruego y me detengo ante la luz y a veces encuentro a mi soledad. Es un mantra que se abre y que se cierra una estación que quedó sin visitar si puedo subo a verla con cautela cuando toma la forma de un puñal. Entonces me refleja mi temor de mi sangre se apodera su demonio nunca había entendido la paranoia este momento está hecho para gritar. A veces me descalzo en la terraza sin vacilar su vestido de perlas espera sin querer apresurarse en la blanda espesura del esperma. Es un mantra que se abre y que se cierra y tiene su trofeo al culminar febo hembra tiene sed en estos climas yo la toco y comienzo a desangrar.

Marbella

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Qué linda es tu sonrisa detrás de la cortina de tus labios. Quiero que algún día me invites a la vecindad de tus claveles. Los pobres no tenemos esa suerte los ricos ya se aburren de mirarte. A los locos no nos dejan ya ni verte pero tenemos la propiedad de imaginarte. No es justo que caminen por tu blusa caníbales de traje y lentes negros. No tienes que dejar de ser medusa perteneces a los mares para siempre. Si sabes que mi ombligo es alcalino y el cáliz de tus besos tan preciado. Olvida para siempre tus designios que nada nos impida navegar.

Registro Azulado

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Amo tu conciencia, registro cada paso tuyo a cada una de mis sensaciones, tu azul me puebla, miles de milenios se estrechan, me tiembla el alma, habito la luz de tu mirada, escapo del abismo de mi soledad rumbo a tu sonrisa, dejo inconclusas palabras, amo el silencio; vivo, toco, siento tu suavidad inédita, labios desiertos se funden, todo es etéreo y tu amor es primavera y mayor, es inocencia y eternidad, mañana al despertar.

Sentirte aquí y estás allá

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Adiós a tu cuerpo. La inseparable sensación de estar muerto sin saber en fin qué es estar muerto. Lo único que sí no hay sombras en tus alas ni peso, ni más vuelo ni más jaula. Adiós al jilguero. Mañanas de lluvia y decepción y tardes y nueve primaveras dejar el piano vacío. Llevaré flores sin ir a preguntar quién es el dueño del cielo. Adiós y te quiero.